Ahí va este post para todos aquellos que vamos a la peluquería a retocarnos las mechas, nos ponen esos matizadores mágicos que nos dejan un tono sano y natural que inevitablemente a los tres lavados empieza a tornarse apagado y amarillento.
Yo antes llevaba mechas más rubias, ahora, siguiendo las tendencias de la moda, intento adoptar un tono más castaño, como realmente es mi pelo, con algún reflejo rubio para darle vidilla.
Un día mi peluquera (¡Bendita sea!) me dio la receta mágica que mantendría mis mechas como el primer día (raíces aparte) y hoy, a estas horas de la tarde, me apetece compartirlo con vosotros.
El secreto es el champú
Color save silver de Bonacure. Realmente está formulado para mantener blancas las canas y que no cojan ese tono amarillento que da la sensación de pelo viejo, pero que esconde poderes ocultos que debéis descubrir
El truco es mezclar una bolita del tamaño de un garbanzo de este champú con el que utilicéis habitualmente y emulsionar bien durante un ratito.
No os asustéis cuando lo abráis porque el color es muy escandaloso. Parece que estáis vertiendo tinta china sobre vuestra mano. Sin embargo, en el momento en que empieza a hacer espuma, esta es totalmente blanca y no deja resto alguno ni en la piel, ni en las manos, ni en la ducha o bañera. Además de mantener bonita la mecha, deja el pelo brillante, sedoso y suave
Lo podéis encontrar fácilmente en las tiendas de productos de peluquería profesional y el precio ronda entre los 8 y los 9€. También lo tienen en muchas peluquerías pero nos va a salir bastante más caro.
Dura muchísimo. Tened en cuenta que la cantidad que echamos es muy pequeña y es el comodín a cualquier línea de tratamiento capilar que estéis utilizando.
Espero que este post os haya resultado útil y os mando un beso muy fuerte de buenas noches
¡Hasta pronto!